martes, 22 de diciembre de 2009

Fruta pohibida

Fruta prohibida





Escribir, dar sentido a las palabras, pareciera posible, cuando esa música audible alcanza la cúspide del sentimiento, y temblamos…



Más difícil es escribir cuando todo aquello que asimos con tanta emoción se va desgajando pétalo a pétalo.

Como aquellas estrellas que tanto brillaron y fueron empañándose, ante la certeza de la imposibilidad, que se ha trocado en mueca resignada de madurez.



Concluimos diciendo que era mucho más vital esa casi adolescencia del sentir sin reparos, para recordar como Violeta, que era mejor ser “tan frágil como un segundo, como un niño frente a Dios”...



Seguramente volveremos al origen, “pero ya no estaremos desnudos”…



La hoja de parra tapará las vergüenzas de un Adán triste que no correrá por el paraíso…Y una Eva tan sensata, que con aprensión va a pensar en la manzana como la fruta prohibida.



A 25 de marzo de 2007

Guillermina Brasseur

4 comentarios:

  1. Ya no estaremos desnudos, pero no por ello !tan frágiles! gracias por seguir escribiendo Guille...

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  2. Así es querida amiga, cuando Adán y Eva fueron echados del paraíso por haber comido la manzana volvieron con las hojas de parra. Deberíamos deshacernos de esas hojas de parra y seguir comiendo esas exquisitas manzanas del Edén, quizás el creador haya reflexionado sobre la importancia de la felicidad y su inocencia intrínseca... Guillermina

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  3. Qué nostalgia me da este sitio. Por qué lo habremos abandonado?

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