Nube
Eras una nube lila
una nube olvidada.
Mas, recuerdos me fluyeron,
de memoria enrevesada.
¿Será que no existías
(ciertas cosas me dijiste)
si un huracán de recuerdos
vino, pues, y apareciste?
Niño mío del pasado
leve sueño bajo el velo
todo dulzura, turrón,
y redondos caramelos.
Si un prodigio ocurriera
que conjure el desaire,
piensa qué vas a decirme:
mis ternuras quiero darte.
¿Que magia he de crear
que concilie el corazón?
¿Sólo esta escritura
de leve y frágil canción?
Guillermina Brasseur. Paraná, 25 de noviembre de 2012
lunes, 26 de noviembre de 2012
sábado, 8 de septiembre de 2012
Como hojas las palabras
Si las palabras son hojas
en el otoño dorado
es bueno que se deshojen
en la palma de mi mano.
Fueron cayendo una a una
de árbol alucinado
llovieron tristes o alegres
en paisaje imaginado.
Y cada una traía
mensajes embelesados
de vos, de mí y de todos
que no serán olvidados.
Entonces hice poemas
que nacieron en el álamo
se los mandaré a todos
aquellos a quienes amo.
Algunos serán señales
directas, pongan cuidado.
Otros: plumas diminutas,
de mi corazón alado.
Sería muy triste, mi vida,
que todos fueran en vano,
porque los siento conmigo
porque así te las regalo.
Es necesario que vuelen
desde sauce deshojado
para poder renovarse,
cuando nos llegue el verano.
Escribiré en hoja verde
un te quiero deslumbrado
como una verdad sencilla
que tomarás en tu mano.
Si las palabras son hojas
en el otoño dorado
es bueno que se deshojen
en la palma de mi mano.
Fueron cayendo una a una
de árbol alucinado
llovieron tristes o alegres
en paisaje imaginado.
Y cada una traía
mensajes embelesados
de vos, de mí y de todos
que no serán olvidados.
Entonces hice poemas
que nacieron en el álamo
se los mandaré a todos
aquellos a quienes amo.
Algunos serán señales
directas, pongan cuidado.
Otros: plumas diminutas,
de mi corazón alado.
Sería muy triste, mi vida,
que todos fueran en vano,
porque los siento conmigo
porque así te las regalo.
Es necesario que vuelen
desde sauce deshojado
para poder renovarse,
cuando nos llegue el verano.
Escribiré en hoja verde
un te quiero deslumbrado
como una verdad sencilla
que tomarás en tu mano.
jueves, 12 de julio de 2012
Maladie
Maladie
La niña miró esas letras de imprenta en el papel del disco de pasta que tomó por los bordes, con cuidado, para que no cayese. (De lo contrario podría quebrarse).
Hizo coincidir el agujerito central en un pequeño eje de metal que estaba sobre el plato giratorio cubierto de fieltro. Puso al bracito del combinado una púa, que colocó en el comienzo del disco de 78 revoluciones por minuto, de la colección de su padre. Y comenzó a escuchar por los parlantes una voz de hombre que cantaba bella y dolientemente.
Leyó en la carátula “MA- LA- DIE-D’A- MOUR, señalando con su dedito mientras deletreaba, ante la sonrisa de su rubio hermano.
(Años después entendió que eso significa enfermedad o dolencia en francés. Y muchísimos años después, que cuando esa maladie atraviese como una punzante flecha el corazón, seguramente se sentiría sola, con deseos y sueños, y con infinita tristeza a la vez).
Entendería también el significado de ayer, hoy y futuro. Seguramente extrañaría los diálogos, las ternuras, en medio de la dulzura, y paradójicamente la amargura y el dolor del amor- que-no-fue.
Cuando se hubiera hecho mujer madura, debería comprender indefectiblemente que toda dolencia necesita cura, y que sería cuestión de transitar la convalecencia para que no hubiera recaída.
O bien volver alada a la infancia en la que, felizmente, ignoraba lo que es la maladie d’amour, a escuchar con su sonriente hermano el disco negro que podría quebrarse si no lo trataban con cuidado, igual que al corazón.
Guillermina.
Paraná, 11 de julio de 2012
La niña miró esas letras de imprenta en el papel del disco de pasta que tomó por los bordes, con cuidado, para que no cayese. (De lo contrario podría quebrarse).
Hizo coincidir el agujerito central en un pequeño eje de metal que estaba sobre el plato giratorio cubierto de fieltro. Puso al bracito del combinado una púa, que colocó en el comienzo del disco de 78 revoluciones por minuto, de la colección de su padre. Y comenzó a escuchar por los parlantes una voz de hombre que cantaba bella y dolientemente.
Leyó en la carátula “MA- LA- DIE-D’A- MOUR, señalando con su dedito mientras deletreaba, ante la sonrisa de su rubio hermano.
(Años después entendió que eso significa enfermedad o dolencia en francés. Y muchísimos años después, que cuando esa maladie atraviese como una punzante flecha el corazón, seguramente se sentiría sola, con deseos y sueños, y con infinita tristeza a la vez).
Entendería también el significado de ayer, hoy y futuro. Seguramente extrañaría los diálogos, las ternuras, en medio de la dulzura, y paradójicamente la amargura y el dolor del amor- que-no-fue.
Cuando se hubiera hecho mujer madura, debería comprender indefectiblemente que toda dolencia necesita cura, y que sería cuestión de transitar la convalecencia para que no hubiera recaída.
O bien volver alada a la infancia en la que, felizmente, ignoraba lo que es la maladie d’amour, a escuchar con su sonriente hermano el disco negro que podría quebrarse si no lo trataban con cuidado, igual que al corazón.
Guillermina.
Paraná, 11 de julio de 2012
sábado, 7 de julio de 2012
Diálogo desparejo
Charlaban el Colibrí y la Flor. Él, pura flecha, puro ardor. Ella la mera flor… Dijo bajito aquel Colibrí: sos mi luz, cierro los ojos, te veo. Pensándote soy feliz. ¡Ah, que suerte, mañana, cuando al alba me despierte vos serás lo primero! ………………………………………………. Pero luego, la Flor le respondió: si atardece, que esto no es poco, y uno ya se mira flotando por este sin fin sin soledad, la vida sucederá ¿sin culpas, sin dolores, al fin? Ya sabes, largamente te lo dije: yo soy del camalote la azul flor, yendo a la deriva, a su estertor, en acuarela que el día fije. ……………………………………………… Concluye hoy el río, río que luces quiebra el que pasa y se va con líquido mensaje y verdes hebras: vale la pena, entonces, vivir antes que padecer. (¿Ves las aves, allá metáfora de este suceder?) Paraná, 4 de mayo de 2012-05-05 Guillermina Brasseur
miércoles, 13 de junio de 2012
Parábola de la hoja en blanco
Hoy siento miedo enfrente a la hoja blanca.
Un manojo de escarcha con lengua de cristal,
fue resecando plantas.
(¿Esta crisálida ya fue mutando
o del invierno las mariposas languidecen?)
Sí, tenía que ser…
pues hay un tiempo para cada cosa.
Mas, hay un tiempo en que brotan rosas
y el tiempo de morir, o de nacer.
Tiempos que amándote,
minutos que parecen,
que secreta y silenciosamente
las higueras florecen.
Algunos dicen que es una noche
otros, que nunca, nunca.
Yo prefiero pensar en la flor escondida
que sólo los insectos obcecados
a la gota de miel enternecida
la fecundaron tan apresurados…
Guillermina, 9 de junio de 2012
domingo, 10 de junio de 2012
viernes, 1 de junio de 2012
Por luna que ilumina
Por luna que ilumina
“Ilumina la luna aunque no esté plena.
Te imagino a mi lado, y soy feliz”.
Muy dentro sentí tus palabras, y tan sinceras
con sencillez del campo de un cielo añil.
Con terneza de cuna, con frescura de prado
un buen augurio va conjurando las tristezas.
Aclárame la vida, ay, luna con tu halo
tal como él lo dijo con toda su llaneza.
Guillermina, Paraná, 1° de junio de 2012
martes, 8 de mayo de 2012
Resuello
Lucerito, préstame tu claridad.
Canto de ordeño venezolano.
Cae la noche y en ella estás vos,
y el lucero se destaca, dijiste.
Entonces te contesté
que pidas prestada su claridad.
Me había preguntado, ¿recuerdas?
qué sería de mí si te tocara.
Debo decirte, bien,
quedó ternura y serenidad,
¡aunque te resistas a entender
que esta dulce aventura nuestra
tan sólo es resuello
del cosmos en la gran inmensidad!
Guillermina
viernes, 27 de abril de 2012
Parábola del latido y la lluvia
Parábola del latido y la lluvia
Por ahí andan las musas,
metamorfoseando la crisálida
en mariposa.
Llueve sereno, dijiste anoche
mientras mi sangre galopaba montes.
Tu imagen viva se ha empeñado
en irrumpir como expresivo forte.
Entonces, en el preciso momento,
le dije al corazón interminable:
que no se engañe
que al final de cuentas
aunque le regañe
estallará, incruento.
Maldita la víscera que se empeña también
bate que bate, parches desbordados
latiendo sin entender…
(Aunque llueva sereno
como dijiste ayer).
Guillermina, Paraná, 14 de abril de 2012
Las hojas despiertan
Las hojas despiertan
El lenguaje de la vida
balbuceo, su murmullo
trompa de las mariposas
lengua dulce de arrullos.
Las hojas pensativas
despertaron de natura
oigan las sutiles ramas
que nacen las flores puras.
Verano de 2012, a febrero
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